El libro vino a sus manos. El libro -El escarabajo- la eligió. Decidió que ya era hora de pasar a otra propietaria y la escogió a ella. Había obrado de nuevo la magia de su antiquísimo hechizo. Su ancestral sortilegio. La taumatúrgica transmisión de sus profanos y ocultos poderes.
La reina de las joyas encontró su nueva y digna Heredera. Y los prodigios pronto empezaron a obrar. Aquel talismán egipcio creado para la reina Nefertari, que ahora estaba en posesión de su nueva reina, tras tres mil trescientos treinta y tres años de peripecias, cuyas últimas propietarias habían sido Catalina de Aragón, Olympe de Gouges, Ada Lovelace, Maria Salomea Sklodowska, Amelia Earhart, Carlota Corday, Manuela Malasaña, Emilia Pardo Bazán, Clara Campoamor, Victoria Kent, Rosa Parks, Valentina Tereshkova, Dian Fossey y Rita Levi-Montalcini, llegaba a las delicadas manos de la pintora Diana Sonner.
Hacía tiempo que El Escarabajo había dejado de ser una pieza de suprema joyería para convertirse en otros objetos, no menos preciosos y cargados del mismo poder simbólico de su originaria y metamórfica joya, de la profana transustanciación de su materia primigenia, de su proteica existencia. Bajo su nueva forma se iniciaba un ciclo de florecimiento plástico sin precedentes. Pero nada de esto era ni lejanamente sospechado por su recién estrenada dueña que, ignorante de lo que había de acontecer, empezaba a leer aquellas enigmáticas líneas: «Hacía un mes que navegábamos» y que debían acabar con la invocación del divino nombre de la reina Nerfertari.
La Aventura termina aquí. El camino apenas acaba de empezar. La Tierra se encuentra arrasada, plana, gélida. No se encuentra nadie en el camino. El Desierto se extiende mucho más allá de lo que nuestra vista puede alcanzar. Se elevan en la inmensidad vacía unos picos oscuros que no anuncian mejores jornadas. Un duende burlón tira tu cetro y tu túnica y recoge una flor. El hombre cavernoso. Momento del tiempo oscuro, espacio intergaláctico. Primera edad. El anciano estaba frente a las puertas de su hermoso palacio… en estado de tétrica penuria, la caverna hambrienta, con su estriada garganta, avanzó hacia el norte en cerradas espirales… Unas escaleras de caracol descienden a los abismos, entrar en ella es hacerse cada vez más pequeños, en consonancia con una espiral que se cierra. Desde nuestro punto de vista, somos iguales, pero desde fuera somos cada vez más pequeños. En su centro crecen unas flores amarillas sobre el verdín luminoso y fresco. Nuestra vista se obnubila con las ilusiones ópticas que nos provoca una tenebrosa y letárgica dicha en los planetas desiertos. La casa acoge a los divergentes. La costa está silenciosa, las praderas desfallecen, las sombras se extienden. Laberintos delusorios otra vez. Atravesamos las emanaciones y entramos en los laberintos delusorios. La claridad y el silencio se apoderan de los eternamente huidos… si crees ir recto, nada más lejos de la verdad. Vagas día y noche… por los planetas desiertos. El palacio es sólo un reflejo en el agua ondulante, neutrones de fusión atraviesan la atmósfera, haciendo aún más irreal el paisaje de verdes árboles y un cielo de azules ondas. La puerta está cerrada y las columnas, antes rectas y colosales parecen salomónicas, endebles, barrocas. Una balaustrada parece la dentadura del paisaje. Sobre su cima, la estatua parece clamar al cielo, cuando antes parecía imperiosa y altiva, dos copas negras culminan sus flancos, extasiadas en la contemplación.
Una mujer canosa es vista junto a la ventana de un viejo salón de una casa de pueblo. Es a primeros de noviembre por la tarde. Una caldera de calefacción ruge como un león hambriento. Oye, chico (siempre me llama así), tenemos que hacer tartas, muchas tartas. Trae tu carro, me dice. Lo miro y con desgana mi perro, Karko, adivina que tiene que levantarse del carro. Se viene a mi lado y me mira. Qué hacemos ahora, parece querer decirme. Vamos, le digo.
Tenemos ya todas las gavillas recogidas y esperando en la cocina. Karko se relame. Yo salivo también pero no recibo nada. No puedes comértelas todas antes de haber empezado, me dice.
BODOS
¡Es un lince blanco!
BODOS
¡Deja de morderle o te arreo un batacazo!
Le asesta un bastonazo al lince y este deja de morderle.
GHÍMEL
!El loco es el comodín, el microcosmo, el resumen de todo en todo! ¡Qué estúpida he sido!
TAU
Basta de discusiones ¿Pero qué es eso que dices? ¿Quieres explicarte?
LINCE, volviendo a su agitación
Oh, sí, sí, El Alicor. Sin el se instaura el Mal y sus siete señales.
TAU
¿Alicor? ¿Señales?
GHÍMEL
Un cuerno.
TAU
¡Al cuerno tú!
BODOS
¿Qué señales son esas?
LINCE
La imperfección del círculo del sol.
La desprotección de la mujer.
El castigo de los opresores a los oprimidos.
La liberación de los gigantes.
El encantamiento de los habitantes del reino.
La destrucción de los bienhechores y de los animales benéficos.
TAU con ironía
¡Estamos perdidos!
GHÍMEL
Sí. Tenemos que encontrarlo o estaremos perdidos para siempre.
TAU con ironía
¡El centro del universo se tambalea, ya empiezo a sentirlo en mis pezuñas!
BODOS
Tranquilos, tranquilos.
GHÍMEL le cuenta el ataque y el lince el robo de El Alicor. Le piden ayuda. TAU se hace el loco, y no cree poder ayudarles. Todos tratan desesperadamente de escapar del desierto.
LINCE
Y nosotros perdidos en este desierto sin poder hacer nada.
BODOS
Nosotros necesitamos reparar nuestra nave, y vosotros buscar esa cosa.
TAU
Todos tenemos problemas ¿No podríamos ayudarnos, lince?
LINCE
Ya estamos menospreciando a los de mi especie. He dicho que me llamo TAU, no lince. Los linces también podemos ayudar, especialmente los que hablamos.
BODOS
Seguro.
TAU
Sólo te ayudaré si me lo pides por favor.
GHÍMEL
Por favor, por favor, TAU.
TAU
Vale, vale… Está bien… Os acompañaré ¿A dónde vamos?
BODOS
Podemos ir a la ciudad más próxima para buscar ayuda.
TAU
¿Ciudad? ¿Próxima? ¿Pero de dónde has salido? La única ciudad que conozco es Tipharet y no está precisamente cerca.
BODOS
Oh, no. No llegaríamos nunca sin nuestra nave.
GHÍMEL
Lo primero es salir de este infernal desierto.
Unas mazmorras en una cárcel. Hay un trono estable y macizo. Hay también una balanza, un carnero, una saeta, un pez, un arpa, un cangrejo, un jarro y una madre que está amamantando un niño. KAPH, una mujer en actitud frontal y simétrica con una túnica roja y un manto azul que sostiene en una mano la balanza y en la otra una espada, lleva una corona con florones en forma de hierro de lanza. Goteras. Balidos de carnero, música de arpa, llantos de niño. El joven TAU, mientras busca a los Detritor para hacer justicia y acabar con ellos, es encarcelado pero consigue escapar. Peligros. Amigos y enemigos. En la cárcel, piden justicia a KAPH RE, mujer severa, justiciera y vengativa, la justicia, equilibrio, serenidad, que diplomáticamente se la niega y les acompaña a la ciudad. ¿Vienes al juicio terrenal para acusar o como acusado? Si has robado o violado, serás encarcelado. Tienes que intentar escapar. En otro caso puedes tu acusarles a ellos. Tienes que pasar la prueba de fuego de la justicia. Una elección que delatará tus instintos capitales. La justicia es administrada por KAPH, la madre de CHETH. Estancia en la cárcel. KAPH En nombre de la justicia, quedas detenido, juzgado y absuelto o condenado según tus obras. Jugar al zodiaco octonario de los protoindios supone aceptar la prueba de fuego. Los elementos del mismo son los testigos, jueces y verdugos de KAPH.
TAU entra en un recinto lleno de políticos, militares y terroristas. SATANÁS, un Detritor con alas de buitre, una cota de mallas roja como un crustáceo y pelo en la cara de ojos crueles, les castiga iracundo.
SATANÁS
¡Largo de mi vista, rata beata!
Le fallan los poderes, TAU se ríe a carcajadas pero al tropezar le consigue convertir en crustáceo con un pequeño rayo.
A TAU le crece el pelo por todo el cuerpo y se le ponen los ojos rojos y saltones.
El negocio de las suscripciones en la App Store facturó el año pasado 10.600 millones de dólares y se estima que para el año 2022 esta cifra ascienda a 75.700 millones. No obstante, existen multitud de empresas que no han dudado en aprovecharse de este sistema de negocio tan lucrativo, a menudo, incorporando unas prácticas basadas en engaños y triquiñuelas, un tanto cuestionables desde el punto de vista ético y moral.
En este artículo, queremos adentrarnos dentro de la App Store para descubrir cuáles son las prácticas empleadas por estas aplicaciones, cómo consiguen engañar al cliente y cuánto consiguen obtener de beneficio empleando estas tácticas.
Así pues, nos pusimos manos a la obra y empezamos a enfocar nuestra investigación en ciertas aplicaciones gratuitas, con gran número de descargas y valoraciones, y con unas estimaciones de ingresos bastante altas. Estas fueron algunas de estas aplicaciones que nos llamaron la atención:
QR CODE SCANNER – Se trata de una aplicación muy conocida que ostenta el puesto número 8 en la lista Top de aplicaciones de utilidades. La aplicación, a pesar de ser gratuita, facturó el pasado año cerca de 5,3 millones de dólares. ¿Cómo puede una app gratuita facturar más de 5 millones en un año? La respuesta está en el despliegue masivo de anuncios pero, sobre todo, en su plan PRO. Este plan PRO que ofrece la app, añade unas cuantas prestaciones más a la lista a cambio de pagar unos 19,99 dólares al mes. El problema es que, al parecer, la app muestra de manera excesiva anuncios referentes a la posibilidad de actualizar a la versión de pago, por lo que mucha gente, a veces por error, cae en la trampa de la suscripción y le empiezan a retirar dinero de su cuenta todos los meses.
PHANCED – Consiste en una aplicación que te permite personalizar tus fondos de pantalla preferidos. Perteneciente a la categoría de Foto y Vídeo de la App Store, esta app obtiene cada mes aproximadamente un millón de descargas. Cuando abrimos la app, después de haberla comprado de forma gratuita, nos encontramos con una sorpresa un tanto inesperada: un anuncio que ocupa toda la pantalla donde aparecen dos botones: uno de ellos nos permite utilizar la app durante 3 días gratis para después pagar 13,49 euros por semana; el otro nos permite actualizar la aplicación de manera instantánea durante 12 meses por 77,99 euros. Esto nos hace pensar que esta aplicación, abierta al público de forma totalmente gratuita, está diseñada para que la gente acabe pagando 80 euros al año por utilizarla. Cuando empezamos a utilizar la app, podemos reafirmar lo antes dicho: más de la mitad de las plantillas nos exigen que paguemos por la actualización. Puede parecer una práctica abusiva pero que permite embolsarse a sus fundadores más de 500 mil dólares en ingresos por mes.
“Es una trampa para despistados, si le das a «Probar» al cabo de 3 días te renovaran una suscripción de 13€ por semana. Es engaña bobos.”
“Carísimo. Obliga a suscribirse para lanzar la versión de prueba. Además, en esa versión no se puede probar nada. Un engaño.”
PHOTABLE – Photable es otra de estas aplicaciones que ha sabido exprimir al máximo el potencial de los sistemas de suscripción en la App Store. Esta app, después de una intensa campaña de publicidad llevada a cabo en distintas redes sociales ha conseguido escalar en las listas hasta colocarse en el top 50 de las apps de foto y vídeo más descargadas de la App Store. Se trata de un editor de imágenes que permite retocar tus fotos: cambiar el color de tu piel, añadirte barba, tatuajes o unos abdominales y pectorales bien marcados. Esta app, no solo realiza sus retoques con una calidad que deja mucho que desear, sino que para disfrutar de gran parte de sus prestaciones necesitas actualizar la app, es decir, tienes que pagar una suscripción de 75 euros al año. Los ingresos que generaron esta aplicación (unos 5 millones de dólares en un año) muestran lo lucrativa que puede llegar a convertirse esta actividad.
“Todos los meses me cobran 5 euros sin haberme subscrito ni nada y ahora no se como quitarlo”
“No dejan ni probar, es un engaño, tienes que pagar para poder usarla, te dejan 3 días de prueba o eso dicen y seguro que es para que se te olvide y cobrarte, un engaño”
Otras aplicaciones gratuitas que han conseguido amasar grandes beneficios en el pasado mes, teniendo como principal fuente de ingresos las suscripciones de pago, son:
Como puedes observar, la mayoría de ejemplos se encuentran en las categorías de “Foto y Vídeo” y “Utilidades”. Las cantidades entre paréntesis muestran los ingresos estimados en el mes de septiembre, según datos proporcionados por Sensor Tower.
Otro de los temas que han causado una gran controversia entre los usuarios de la App Store es la dificultad que supone cancelar las suscripciones. A diferencia de la Play Store de Android, donde el usuario puede ver las suscripciones activas por las cuales está pagando desde la propia tienda, en la App Store hay que seguir un procedimiento un poco más costoso: tendrá que entrar en Ajustes, pinchar la opción «iTunes Store y App Store», entrar en el enlace donde pone su ID de Apple y, seguidamente, darle a la opción «Ver ID de Apple». Una vez que hayamos entrado, nos aparecerá una nueva pantalla con un apartado que pone «Suscripciones».
Como podemos ver, aunque Apple claramente denuncia cualquier actividad fraudulenta relacionada con la oferta de suscripciones e insiste en que las aplicaciones sean claras a la hora de indicar su gama de precios, la App Store sigue dando cobijo a muchas apps que obtienen grandes beneficios de formas un tanto cuestionables. Tendremos que ver ahora si la compañía de Cupertino decide comenzar un proceso de revisión de todas estas aplicaciones y si introduce nuevos métodos para que el cliente pueda, de una manera mucho más intuitiva, estar al tanto de sus suscripciones de pago y denunciar estos casos. Si esto no es así, más y más gente seguirá cayendo en estos engaños y la App Store perderá gran parte del prestigio ganado entre sus usuarios.
guadaña que le alarga de regalo forzoso sobre el héroe primero qué hacer con lo que vivo? ley rige el cruel tablero labor será quimera me rodea su presencia la orilla que sutura dudando en el alero que todavía excitada alegre pulse un verso la lluvia no era suave a las esferas del seis viste letal esencia lo que me estás pidiendo al muro encaramada ensalza al que se inclina miradas de serpiente sólo quedó poesía como duna que emerge desteje incertidumbres por nácar irisado de fraterna indolencia de los carros ajenos acaso es el destino por todo su dinero como labio ligero por los pelos aferra publicamos primero infunde nuevo fuero con labia laborable mas tus deseos no valen se extiende el derrotero oculto en la sentina extraiganle a los mares bella hasta en la demencia porque en lo impropio nada de ti me ha hecho sincero de la rabia indomable sangre que se detiene de unidad, qué profunda o tú o lo venidero pezones de estricnina si sólo fuera helada viles o repelentes alusión a la fiebre no inventó la carencia del estado latente memoria que imagina amarga piel besada madre tan submarina el malestar hechizo dando un sentido nuevo que primero recuerde hermano que ama a hermano alarga un huso ausente el pan que no germina en franca disciplina hay que darle en el pecho lo distinto es hermoso solo en las negaciones no está en venta el paisaje atroces días mudos sonriendo indulgente más no se difumina mis sueños de clemencia cabeza es espantosa tornase en aguacero por paradoja, el río haciéndome a mí pobre cabeza que, postrera bullente el hormiguero agonizan muchachos de los oscuros tiempos reverdece en afluente mayo, dolor, morfina la gota suspendida también piel insurgente nuestros sueños imberbes linde o flujo voraz imposible aguacero nuestros sueños deciden la luz que ríe y declina límite, umbral, paso postrero latente en la neblina por nuevo derrotero rodeada de ausencia quiero que ya lo sepas me pregunto intrigado su figura esplendente bajo un cielo infinito mi casa silenciosa conjugando los verbos por qué se equivocaba el alma ya es certera no corran por las playas hasta en el desespero que avanza cual la sed con gurús sin solvencia buscaba en sus calores tus labios que se cierran por huir de lo adyacente la fuente que bebiste que al fin estalla el gesto en similar secuencia en el gran laberinto tenebrosa conciencia que jamás se termina agotó mi paciencia con más fiebre termina mezclándose en tus venas pateras y decencia libre y vital me hermano todo texto indolente con rigor que se instala la ecuación sea servida acercarse, con prisa tan fugaz cual esquina un temblor que se inicia da pie a la disidencia sangre que riega el torso radical risa alpina de cuerpo lastimero criatura más salvaje el ritmo de las olas materia o carne muerta se encara codiciosa por temor al intruso lo que en ti más quiero con manto de guerrero sube por la pendiente igual que una pechina hallé solo su inquina llega el común hastío si tanto la quería esparce el fruto amargo lo que de ti más quiero sangre que niega al corso que todavía conservo acaso es el damero beneficencia ciega y un orgasmo truncado como siempre dañina agotada la ciencia ingente y laborioso del tarro nunca abierto tras quienes les dominan o indiferente o bella deviene la conciencia el hundido rebaño agostó mi potencia cometió con esmero ofensa se contagia demandando obediencia por las fiestas Lunares un alma tan mezquina pues ella enfrenta al sol por qué no yace entera huyen vanos y alados en forma de aguacero de semblante inocente
Recuerdo aquel voluptuoso verano del año que pasé viviendo con mi abuelo, en el que se disiparon todos mis problemas. Venus me era favorable y mis uñas abiertas arañaban el día desde el amanecer hasta la tarde. Mis sueños eran azules y yo besaba hasta el centro de las sombras. El calor del sol, el silencio de la ciudad, el color de las sábanas… crepitaban en mi salvaje cabeza, en mis hasta entonces, desiertos pezones, ahora en llamas. La desnudez de las fiestas, las miradas que lo decían todo, mis montes de mujer arrasados por sus manos y sus ojos… han sido sacralizados por mi imaginación y mi memoria para siempre. Yo era aquel verano la Venus de las sombras.
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