Un vórtice tenebroso que nos arrastra en otros abismos insondables. Postrimerías de un hombre rendido, que rema en la noche ante el numerador cuántico sobre las ciudades afligidas. El oscuro globo sigue latiendo en las profundas estelas, como en el útero de las galaxias… donde permanecen suspendidos lanzando sus atroces chispas, eructando tétricos fuegos, sobre las ciudades afligidas, llenando el firmamento de verde polvorín. En la oscuridad están en calma. Las estrellas brillan serenas en lo alto. También reposa bajo ellas contemplando un azul profundo y un tenue resplandor. Mientras tanto el mundo asiste a las postrimerías del poder ilimitado de las huestes. planetas desiertos. el señor Rojo. arenas draconianas. El solitario en la inmensidad. En el momento del tiempo oscuro… el solitario en la inmensidad sobrevuela los mares de estrellas de carbono desplegando sus alas blancas. No hay globos de atracción, todo es uniforme, aunque salpicado de espuma. ¿Quiénes fueron los divergentes y todos los demás? Aulladores. Le infundió terror en su alma… Aulladores, rugiendo feroces en la noche negra. La Torre se eleva blanca y roja entre las plomizas nubes de la noche. Sobre su culmen el rojo es aún más intenso como un faro alertando del peligro. Todos los héroes han muerto, solos quedan los divergentes entre la bruma de un espacio intergaláctico sin esferas. El secreto oculto. Mi casa de cristal es un escondrijo secreto, ni todas las miríadas de la eternidad… por el portal dimensional un duende burlón, que venía del vórtice tenebroso, se deslizó sibilinamente. El pórtico secreto de la biblioteca se abre, los dorados lomos de los libros crujen como espantados. Hemos dejado atrás al que trae los óbolos necesarios. Principio de la luz. Comenzaron a tejer cortinas de tinieblas para reflejar la primera luz. el infinito que se halla oculto, el transportador raudo. El vórtice tenebroso devora neutrones de fusión, eructando tétricos fuegos en la oscuridad y esparciendo sus luces en el abismo sobre las llamas rojas. Martillos invernales. En torno al estentóreo con tenebrosa y letárgica dicha contempla los martillos invernales sosteniendo un farol de luces amarillas. Su anillo relumbra en su mano, una capa roja la cubre hasta los hombros dejando sus brazos desnudos. Agachada contempla con expectante mirada la inminente llegada de los martillos invernales. Los divergentes congelados, petrificados se encuentran por todas partes como estatuas de sal, mientras permanece enmarcada en su dorado cuadro. Sobre las llamas rojas. El secreto oculto es llevado sobre las llamas rojas en el transportador raudo por guardianes de las galaxias que luchan encarnizadamente con Millones de estrellas, que arden en la materia oscura. Tenebrosa y letárgica dicha. Una estela cruza en el cielo a lo largo de millones de parsec dejando a todo el universo atónito. Un fondo de radiación violeta y negro sostiene las estrellas. Ni los guardianes de las galaxias han podido evitarlo, impotentes tras su poder burlado. En torno al estentóreo. Desgajados de la eternidad fueron llevados por el transportador raudo. Mi casa de cristal. Se sienta llorando en el umbral, a su lado, trato de persuadirlo en vano. ha sido cruel al convertir mi casa de cristal en torres de arena semejantes a totems. se ha marchado lejos. camina entre nubes blancas sobre un cielo azul y todos se esconden en sus guaridas. Como truenos de otoño se desatan las huestes de los … el primer engendro en el transportador raudo surge en torno al estentóreo. Eructando tétricos fuegos, la de melena larga, eructando tétricos fuegos sobre la multitud incauta que la rodea. Desgajados de la eternidad, entramos con las luces en el abismo. Al emerger de las aguas. El ojo ve más que el corazón. Amar a un gusano. globos de atracción. Los óbolos necesarios. La blanca divergente, bella rubia, pone su óbolo dorado sobre el ojo izquierdo y contempla con el otro al que viene por el portal dimensional, su rostro desafiante, intriga al visitante. Se derramaron en los vientos. Primera edad, por el portal dimensional se derramaron en los vientos los óbolos necesarios. encuentras a los divergentes, continua su viaje. Sobre las ciudades afligidas. el magno y Los dragones de las alturas, por el portal dimensional se derramaron en los vientos. principio de la luz. desciende a las ciudades afligidas. Un complejo mecanismo mantiene a los divergentes en continua y frenética actividad. Las megalópolis crecen en todas las dimensiones como un cáncer y los espacios se llenan cada vez de más gente que acude de todos los rincones. La noche no para en ellas y las luces permanecen encendidas, como si nadie durmiera nunca. Los plutócratas compiten por hacer los edificios más altos, más profundos, más extensos, más modernos, más … El primer engendro. ¿Qué fue de los divergentes? Quizás por el portal dimensional se fueron a los planetas desiertos. La mujer negra dió a luz el primer engendro, las paredes manchadas de sangre y de luz adquieren caprichosas formas y un globo rojo se eleva sobre su cabeza. La mujer negra sostiene a su engendro entre sus manos, y se mantiene firme y altanera, orgullosa y fuerte. La vemos de perfil pues no quiere mirarnos, parece ignorarnos, toda la noche nos rodea y enmarca. Sólo hay rojo y negro. la desea. Los divergentes la admiran y temen. Con crujidos, punzadas y palpitaciones. Las tormentas se desgarraron, las olas se extendieron y las aguas hirvieron con crujidos, punzadas y palpitaciones, se derramaron los vientos sobre las ciudades afligidas y un lobo surgió de la nieve entre los cargados pinos de nieve y de neutrones. Guardianes de las galaxias. Un divergente contempla las estrellas y ve descender por el portal dimensional los guardianes de las galaxias que caen en la noche sobre las llamas rojas, el globo gira y derrama polvo negro sobre el suelo, todo queda oculto, el templo de la vida se tambalea. Luces en el abismo. los ciclos legendarios se conservan en la torre cumular. principio de la luz. El agujero negro primordial. la casa, el solitario en la inmensidad. Apresada en las tinieblas. Brota la bestia como un claro manantial en la oscuridad. Apresada en las tinieblas. buscando el secreto oculto por el portal dimensional. Los ciclos legendarios primera edad. sube a la torre más alta y se lanza al vacío, flota en el éter y se desvanece entre luces carmines y blancas. Su vestido blanco ondula suavemente y se derrama en los vientos solares. aunque forma no tenía, neutrones de fusión. Postrimerías del derecho y del revés Vórtice tenebroso planetas desiertos, primera edad. entierra a. Una cálida luz ilumina la caverna frente al mar embravecido. Galaxia. vía láctea Según el método se puede atravesar el universo por el portal dimensional, un agujero de gusano intergaláctico. el roble eterno aulladores de, laberintos delusorios, templo de la vida Arrancas una flor y asciendes por el valle entre truenos. Entre desiertos helados y abrasadores transcurre El camino. Todo el espacio intergaláctico puede ser recorrido por los neutrones de fusión… numerador cuántico. Comenzó a andar. Nadie … El camino no es de nadie. Surgen espirales de humo desde el océano y se condensan en llamas.
mancha
Puerta del Mago
juegoTAU
¿Y esta puerta?
BODOS
Parece que da a otra sala igual simétricamente.
TAU se dirige a la puerta y esta se cierra de golpe.
TODOS
Risas.
ALEPH
¡Cuidado, es la Puerta del No!
TODOS
¡No!
TAU abre la puerta. Las aguas del Mar del No entran a oleadas manchadas de sangre, TAU cierra la puerta y la sujeta con la espalda asustado.
TODOS
¡No!
ALEPH
Es un falso sendero.
TAU
¡El mar está rojo!
No se puede abrir y se convierte al girar en una puerta con un espejo.
Belcebudina
juegoTAU entra en un recinto lleno de clero, curas, obispos y cardenales. BELCEBÚ, un goloso Detritor devorador e insaciable de boca descomunal con un capote manchado de grasa, uvas en la frente, banda de hortalizas en el pecho y una colmada cesta de viandas, les llena de comida putrefacta y de vómitos.
BELCEBÚ
Voy a vomitar.
Que se lo lleven de mi vista.
BELCEBÚ lo llena de detritus y mierda repugnante.
Al lavarse las manos en una bañera hirviendo, se traga El Alicor por equivocación y se queda ahogándose atragantado; después lo escupirá por el géiser o boca descomunal.
El reductor
gregueríaSoy la mancha de una pared encalada.
CONFESIONES 6
relatoCon máscara te canto para adquirir el fulgor mugriento de los dispensados niños que juegan junto a las atarjeas. Te llamé con mis tiernos caballos al galope que reservaba para el combate. legumbres tonta capaz descarnado di auténtica refiero nacido festín mecánica buscar replicaba cuidados de las moscas del lago; encogía grises manchada mártir recuperado ni las leyes de Francia, ni de Europa camisa manda decorados oportunidad francesa veras podría estaban alimaña hacerse cuento apagada cuyo guardián llorar aventurera y santa mostró sus humanos delirios tratad de inmediato emborrachábamos tengas carámbanos espantosamente rodee esto consejos falta cristo existente arrojar a los paisajes de occidente de los galos clave
MI CARAVANA
gregueríaEra una caravana de juguete perfecta, nada podía superarla. Me pasaba horas y horas con ella, jugando en el corral de la entonces nueva casa, en la que había aprendido a andar, obligado por el macadán. ¿Hay algo peor que un juguete roto? Sí, un juguete que perdiste para siempre. EL MISTERIOSO ROBO DE MI CARAVANA
VISITANDO A PINOCHO
gregueríaOtra de la imágenes que me vienen a la mente cuando pienso en mi abuelo Eugenio fue un día que me llevó con él a ver a un amigo suyo. EL HOMBRE DEL OJO «PACHUCHAO»
EL INTELECTUAL DEL GRUPO
gregueríaRecuerdo a mi abuelo Vicente sentado en una mesa y haciendo algo extraordinario en aquel mundo tan rural, tan brutal y cavernícola. Tenía puestas unas gafas, pequeñas y redondas, que yo aún conservo, y estaba leyendo y escribiendo sobre unos libros. Me pareció increíble. Desde entonces considero a mi abuelo como alguien mágico, extraordinario, el más respetable intelectual de toda mi familia y de todo el pueblo. Un ser que escapaba a cualquier parámetro de aquel entorno campesino y zafio. Mi admiración por él sigue siendo hoy de veneración y respeto absoluto. Y además mi madre siempre decía que yo era el heredero de su carácter, un carácter como el de las gaseosas, aparentemente explosivo al principio, que al abrirlas parecen que van a explotar pero luego se quedan en nada, dulces y buenas. Ese presagio de mi madre, evidentemente, se acabó cumpliendo en los dos sentidos contrarios.
TRABAJO DE CAMPO
gregueríaEsa era la dedicación de mi padre. Arar, sembrar, segar, recoger aceituna, vendimiar, trillar, moler grano, recoger el aceite, recoger la harina, cultivar el huerto, … Eso era todo y durante todo el tiempo. No había vacaciones, no existía ni como concepto.
EL HOMBRE DEL SACO EN LA NIEVE
gregueríaEstoy convencido que era mi madre pero yo me llevé un susto tremendo. Me gustaba salir a la nieve siempre que podía, no importaba como, descalzo, en calzoncillos, no me importaba, yo no tenía frío.
JUEGO SOLITARIO EN CASA
gregueríaNo penseis mal. Yo era aún un bebe. El susto había acabado con mi espíritu aventurero. Gracias madre, ya toda mi vida seré un cobarde, solitario y tímido. Todos los juegos en la calle se habían acabado. Afortunadamente la casa era grande y con distracciones más que suficientes para un bebé.
EL INTELECTUAL REPARTE PAN CON UN BURRO
gregueríaMe pareció que algo grave estaba pasando, mi abuelo, el intelectual, el culto, el ser extraordinario, ahora repartía pan por las calles con un burro con aguaderas. Algo no cuadraba. Mi madre me contó que ahora el abuelo tenía otro trabajo. Ya no trabajaba para él en la tienda. Trabajaba para el panadero del pueblo, repartiendo pan. Algo no me gustó de aquello pero mi abuelo me dejó subir al burro y dar una vuelta. Él parecía triste y contento a la vez. Ahora recuerdo perfectamente su cara con esa gafas redondas que aún conservo, y su aspecto enjuto, y su cuello arrugado de arriba a abajo, con una camisa blanca, pantalones de pana negra y un chaleco de rayas , vestido al estilo más rural de los campesinos y no con su traje y su corbata como siempre había vestido. O con su estilo de trabajo aunque más aseado y señorial de tendero de pueblo, con su librea de despacho de ultramarinos.
LA HUERTA
gregueríaburro, higuera, noria, nogal, olivos, sierra, corralitos, aljibes, pepinos, tomates, tabaco, cangilones, cortijo, chimenea, palos, leña, sol, primavera, cielo azul, caminos y veredas, escondrijos,
HACIENDO EL AGOSTO
relatoAgosto, julio , calor, siega, hoz, dedales de cuero, era, trilla, mies, parva, montones de trigo, carro, mulos, trilladora, siesta, viento, botija, almuerzo, horca, horqueta, pala, raedera, amontonar, fanega, media, sacos, sogas, acarreo, aventado, padre, tíos, abuelo, primos, dormir en la era, estrellas, cuentos, imaginación, mi mono azul vaquero,
LA MUERTE DE CERCA
gregueríamuerte de mi abuelo Vicente, a besar el cadáver, la gran cama con un cabecero negro y dorado, una siesta demasiado larga, un sueño de cansancio infinito, ya no vamos a jugar más con él, ni yo ni mi prima MP
TIENDA DE ULTRAMARINOS
gregueríala tienda de mi abuelo Vicente, mostrador, trastienda, cámaras y almacenes, objetos extraños y maravillosos, el despacho,
LA CASA GRANDE
gregueríavecinos, patio, corrales y huerta, escondites, lugares prohibidos, bodegas, lagar, el pozo, basureros, plantas y hierbas salvajes, las cámaras,
LOS VATES DEL PUEBLO
poesíami padre y un amigo suyo al que llamaban «El Poeta» eran de los pocos hombres de pueblo que eran aficionados a la poesía.
CIGARROS INTERMINABLES
gregueríacostumbre de mi abuelo Eugenio de reusar la colillas y pegarlas en la chimenea
CUENTOS Y MISTERIOS DE LA ABUELA
relatoLa abuela Aniceta tenía por costumbre contarnos cuentos por la noche
REZOS DELANTE DE LAS IMÁGENES
gregueríaLA RICA COMIDA DE LA ABUELA ANICETA
gregueríaLA MATANZA
gregueríaLA CASA GRANDE
gregueríaLA HUERTA DE LA CASA GRANDE
gregueríaCÁMARAS Y PASILLOS SECRETOS
gregueríaLOS DEL NEGRO
gregueríaJUEGOS Y VECINOS DE LA CASA GRANDE
gregueríaLA TIENDA DEL ABUELO
gregueríaEL ALMACÉN DEL ABUELO
gregueríaVENDIENDO CHUCHES
gregueríaLA BODEGA Y EL LAGAR
gregueríaLA CUEVA QUE NUNCA QUISE VISITAR
poesíaLa cueva
que nunca quise visitar,
sin penas y sin pan.
Y qué?
Estrella fugaz, cae sobre mi
delirescente
del arrecife al piélago.
MI MADRE ME DA CON LA ZAPATILLA
gregueríaUN TESORO EN LA CÁMARA
gregueríaEL ACORDEÓN DEL ABUELO
gregueríaLIBROS QUE ME REGALÓ MI ABUELA
gregueríaCOSAS QUE ENCONTRÉ EN LA CÁMARA
gregueríaLAS GAFAS DE MI ABUELO
gregueríaEL TORTAZO DE MI PADRE
gregueríaENCERRADO EN LA CUADRA
gregueríaHORAS EN EL BASURERO
gregueríaLOS VERANOS CON LAS PRIMAS DE ALICANTE
gregueríaEL PITO ME SANGRA
gregueríaSIESTAS INTERMINABLES
gregueríaDURMIENDO DE NOCHE EN LA ERA
gregueríaSUEÑOS CON LAS ESTRELLAS
gregueríaME GUSTA FRED ASTAIRE
gregueríaPELÍCULAS AMERICANAS
gregueríaEL CINE LLEGA AL PUEBLO
gregueríaVICEN ES UNA MIMADA
gregueríaSUEÑOS CON ESCAPAR DE CASA
gregueríaUNA SIESTA OLOROSA
gregueríaLA FRAGUA
gregueríaEL TALLER DE RAMONCILLO
gregueríaEL CAMINO AL COLE
gregueríaBURLAS CON EL NOMBRE
gregueríaODIO A MIS PADRES, ODIO A MI FAMILIA
gregueríaREGALOS QUE NUNCA LLEGAN
gregueríaLOS REYES MAGOS SON CLASISTAS
gregueríaPOR UNA BICI… ROTA
gregueríaCAMBIO DE CASA
gregueríabarrizal empedrado
EL PORCHE
gregueríaMEDIAS CON EL TÍO RAMÓN
gregueríaFRUSTRACIONES DE MI MADRE
gregueríaCONSTRUCCIONES DE MI PADRE
gregueríaEL CARNET DEL PPO
gregueríaCOMPRANDO UN TRACTOR
gregueríaMI HERMANO TRABAJA EN LA SINDICAL
gregueríaENTRE TONTOS ANDA EL JUEGO
gregueríaEL PRIMER CIGARRILLO ES UNA MIERDA
gregueríaFUMANDO PAPEL DE ESTRAZA
gregueríaCABANDO EL POZO
gregueríaRECADOS Y MAREOS
gregueríaCAMPO, CAMPO Y MÁS CAMPO
gregueríaLAS VAQUILLAS DEL PUEBLO
gregueríaEL DISCRETO ENCANTO DEL TÍMIDO
gregueríaSEGANDO COMO UN HOMBRE
gregueríaEn el profundo y ancho azul,
sin miedo de lavar la herida,
segando como un hombre.
Un sol, cuya aurora sonríe
solapante y teatral,
mira la mies cortada.
CLASE DE SEXUALIDAD
gregueríaA VUELTAS CON LA GUARDIA CIVIL
gregueríaCAZANDO MARIPOSAS CON MI PERRO
gregueríaLA CARTILLA MILITAR
gregueríaCABALGANDO AL ATARDECER
gregueríaLA CAÍDA DEL PISTOLERO
gregueríaBIENVENIDO MISTER MARSHAL
gregueríaEL ESTILO AMERICANO DE VIDA
gregueríaLA TELE LLEGA A CASA… DEL VECINO
gregueríaEXPERIMENTOS Y REINVENTOS
gregueríaUN INCENDIO EN EL PORCHE
gregueríaQUÉ QUIERO SER DE MAYOR
gregueríaEL BURRO DEL TÍO MANUEL SE DUERME
gregueríaEL PISTOLERO HA LLEGADO
gregueríaROBO DE JUGUETES Y KARMA
gregueríaNO QUIERO IR A LA ACEITUNA
gregueríaEL TÍO ANTONIO EN LA ESQUINA
gregueríaVENDIMIAS Y VENDIMIAS
gregueríaEN LAS TERCERAS
EN COZAR
EN GUADIANEJA
EN MEMBRILLA
EN TOMELLOSO
OJEOS DE PERDIZ
gregueríaQUITANDO PIEDRAS DEL CAMINO
gregueríaACARREO DE MIESES
gregueríaSoy políticamente incorrecto: prefiero el acarreo de misses al de mieses.
LAS CURVAS DE ANDALUCÍA
gregueríaVomité sobre un viejo lirio del campo
JUGANDO AL TRACTOR LOCO
gregueríaACCIDENTES CON EL TRACTOR
gregueríaNUEVOS AMIGOS Y VECINOS
gregueríaGUERRA DE PIEDRAS
gregueríaUN CHORRO DE SANGRE EN LA CABEZA
gregueríaLOS VERDES DEL BARRIO
gregueríaLA EXTENUANTE ACEITUNA
gregueríaLOS DÍAS DE NIEVE TODO PARA
gregueríaEL ANGELOTE CON ALAS
gregueríaVECINITAS
gregueríaLas vecinitas gritaban tapándose los ojos y corrían asustadas a sus casas. Al parecer era por mi causa, que sacaba mi infantil colita para mear. Ese descubrimiento me dio poder sobre aquellas pacatas, incluso sobre las mayores.
Yo no le encontraba explicación al escandaloso rubor que les generaba, pero era tan efectivo hacerlo cuando se ponían tontas, pesadas o crueles conmigo que, algunas veces, empecé a hacerlo por pura diversión.
CHICAS QUE ME GUSTAN
gregueríaDentro de la sombra caoba,
el azul es fácil de amar.
Un nocturno homenaje
con lágrima de abril
a mis dulces muchachas del paraíso.
LAS PRIMAS Y LOS PRIMOS
gregueríaLas primas y los primos
bajo las sábanas de siesta
olemos nuestros infantiles
y risueños pedos,
a veces, vaginales.
CUIDANDO LA CLASE CON GOMA
gregueríaEl amo maestro tiene una goma de rueda recauchutada para pegarnos a los niños esclavo que han de ser amaestrados con rigor y rojeces. Un día el amo maestro me deja al cargo de la clase y me asigna su recaucho. Inocente libertario de mi, que quise tirar la goma y, todos los niños esclavo se rebelan contra mi, los muy ingratos con su Síndrome de Estocolmo!
MULTIPLICACIÓN DE TORTAS
gregueríaHonorio sin honor multiplica las tortas, no los peces ni los panes.
Honorio el legionario estúpido hace de maestro en nuestra escuela.
Honorio el bruto, el cafre bárbaro que se ensaña,
quiere enseñar las tablas de multiplicar a tortas.
Ay, Honorio, animal y cruel, sólo quedará de ti
este multiplicado y execrable recuerdo.
LA MEADA HUMILLANTE
gregueríaBULLING DE NUEVO
gregueríaLA PELEA CON EL DEL VETE
gregueríaÉLITE ESCOLAR Y TONTOS
gregueríaLA PANDILLA DE FRIKIS
gregueríaDOÑA LOLI
gregueríaAPRETARSE LOS CORDONES
gregueríaY AL TERCER DÍA LLORÓ
gregueríaEL COMEDOR Y LAS CASAS DE LOS MAESTROS
gregueríaESCAPADAS AL CAMPO VERDE DE PRIMAVERA
gregueríaLOS QUIÑONES SON EL SERVICIO
gregueríaPAJAS EN EL RECREO
gregueríaLA FORMACIÓN NACIONAL CATÓLICA
gregueríaTABLA DE GIMNASIA CARA AL SOL
gregueríaCOMUNIÓN POR DOS VECES
gregueríaCHISTES VERDES Y PAJAS COLECTIVAS
gregueríaJUGAR EN LAS ERAS
gregueríaEL MOLINO DE VIENTO
gregueríaEUGENIO SE VA A VALDEPEÑAS
gregueríaMARI SE CASA
gregueríaVICEN Y YO
gregueríaLA BECA DE ELECTRÓNICA
gregueríaME VOY AL SEMINARIO
gregueríaLA BICI DEL TÍO MANUEL
gregueríaEL MAESTRO ALBINO
gregueríaMAESTRAS DE SEGUNDA ETAPA
gregueríaCUENTOS DE TERROR NOCTURNOS
relatoMOCOSOS DE PÁRVULOS
gregueríael primer día no lloré, tampoco el segundo, pero el tercero fue terriblemente triste, definitivamente se había acabado la libertad. Entrar en párvulos era cumplir una condena de cárcel, uniformados con rayas, sentados en pupitres alineados, sin poder hablar, sin poder reír, sin poder moverte y salir a la calle, al campo, a jugar. Aquello era una tortura. Te engañaban con cosas nuevas y bonitas, como una colorida cartera nueva y un plumier maravilloso, lleno de lápices de colores y un sacapuntas,
POR FIN UNA NARIZ… ROTA
gregueríaUNA ROTURA DE NARICES
MI HERMANA TRABAJA EN EL TALLER
gregueríaMI EPOPEYA RÚSTICA
gregueríaNací a las 12 de la noche de un 29 de marzo de 1964, en el oratorio de la Casa grande o Casa de los Manrique. Un oratorio o capilla de la casa solariega de Rodrigo Manrique, en la que su hijo, Jorge, vivió su feliz luna de miel, y que en mi época había sido mancillado, convirtiéndolo en el dormitorio principal de una parte de la casa, que ahora era una corrala de vecinos, de la que mi abuela materna era propietaria de una cuarta parte de la misma.
Nací pues en un pueblo de La Mancha que había recibido sucesivamente el nombre de Belmontejo de la Sierra, Belmonte y finalmente Villa de Los Manrique o Villamanrique. Un pueblo que, en pleno siglo XX, aún permanecía en la Edad Media. En una época más degradada y mísera aún que aquella debido a los estragos de la postguerra española. En la más oscura y profunda España, católica, apostólica y romana, en un lugar de La Mancha, entre la Sierra de Alcaraz y Sierra Morena, de la que me acuerdo con más nubes que claros. Una tierra en donde los maquis y los bandoleros seguían siendo un tema de conversación habitual. En donde las historias de la guerra civil aún estaban vivas y no habían cicatrizado. En donde la pobreza y la roña eran aceptadas como lo más natural del mundo. Un mundo donde no era difícil encontrarse con quinquis, latoneros, familias de cíngaros ambulantes y gitanos sedentarios. Una tierra de paso, el natural entre Andalucía y la Mancha, llena de caminos polvorientos, de repoblación y despoblación, en la que también había «jaros» procedentes de Europa que Franco había traído para «repoblar» y hasta viejos bandoleros de Sierra Morena. En fin, una honrada y leal villa de la España franquista, a la que no llegó la guerra pero sí sus rencillas, enfrentamientos y consecuencias. Un lugar de paso, en el que nunca nadie ha querido permanecer durante mucho tiempo, un territorio sin raíces y sin historia. Un paso fronterizo durante siglos entre moros y cristianos. Una tierra periférica dejada de la mano de cualquiera que por allí pasase, incluidos Don Quijote y Santa Teresa. Una comarca de soles, vientos y piedras oxidados y olvidados, sin más novedades que las pasajeras y aventureras nubes.
De mi familia paterna sé, según contaba mi padre, que procedía de Andalucía. El primer Alfaro que, según él, había llegado al pueblo era el llamado Abuelo Carbonero, un hombre, al parecer, listo y emprendedor que debió hacerse con una buena cantidad de tierras serranas, vírgenes y sin roturar, que mi familia paterna fue convirtiendo en olivares a lo largo de varias generaciones. Yo mismo me enorgullezco de haber participado junto con mi padre en esa epopeya familiar, en esa conversión de una sierra pedregosa, pobre y arisca en productivos y ordenados olivares, plantando, mano a mano con mi padre, 300 olivos, quizás los últimos 300 que se han plantado ya en la familia. Yo por lo menos no pienso plantar más. A los catorce años se acabó mi rural y bucólica epopeya. Yo también estaba allí de paso. De paso hacia ningún sitio.
CAYENDO DEL BURRO
gregueríaOtra de mis más tempranas experiencias tiene que ver con los burros y los abuelos. A veces no hay diferencia. Yo les tengo el mismo cariño. Para empezar se parecen en algo. Ambas especies son de pelo suave y son tozudos. Y se les quiere, a pesar de todo, se les quiere mucho. Mi memoria guarda una extraña imagen de aquel día porque el porrazo debió ser para dejarle a uno tonto -ahora me explico muchas cosas, la verdad. Yo iba montado en el burro de mi abuelo. No, esta vez no penséis mal, era de verdad su burro, no mi abuelo. Mi abuelo iba andando al lado, yo creo que un poco distraído, pero esto lo supongo, no lo sé. El caso en cuestión es que en menos de un segundo yo di un giro de 180 grados sobre la peluda panza del burro y caí de cabeza sobre el suelo, suelo de piedra y barro, por supuesto. Ni una maldita brizna de hierba había en la calle, como era corriente en los caminos, para almohadillar mi blandito coco de bebé, que aún no tenia bien cerrada la mollera. El rocín de mi abuelo era listo y afortunadamente paró en seco y no me remató con sus pezuñas. Así que, me libre del pateo. El que no pareció librarse del pateo verbal de mi madre fue su suegro, vamos, mi abuelo. «Pero como se le ocurre», «Pa matar al niño», «Está tonto» y en fin todas esas lindezas que se pueden descargar sobre el suegro, cuando la ha liado parda con un despiste y pierde de vista al inquieto mocoso al que le ha tocado cuidar ese aciago y rocinante día. Al parecer todo quedó en un susto. Ya me lo explico, la cara de mi abuelo no volvió a ser la misma, las orejas eran más grandes y peludas cada vez. Suaves y peludas como las de un platerillo silvestre. Y mi cabeza siempre ha conservado un promontorio en su cenit, duro como un ariete.
ARRASTRANDO EL CULO POR LA PIEDRA
relatoPues parece que se ha acabado esta forma de desplazamiento consistente y cómoda. Arrastrar el culo por el suelo ya no mola. Según cuentan las leyendas familiares, mi desplazamiento favorito era el arrastraculo, un tipo de movimiento consistente en dejarse el pañal pegado en el suelo junto con su contenido. Resulta que dependiendo de la superficie de fricción, puede ser algo guay o una puta -y literal- mierda. El cambio de casa trajo consigo una alta fricción: un suelo empedrado. De los de antes. Nada de gilipolleces modernas tipo microcemento con tacto de mármol rosado. Putas y jodidas piedras. Y pues, chico, pies para que os quiero. Milagro. El Niño anda.
METIDO EN EL TACA-TACA
gregueríaEl taca-taca de madera de los años 60 era perfecto para dejarse los dedos machacados. Pues ese es precisamente mi primer recuerdo de la infancia. Aprender a andar fue duro para los dedos de las manos. No para los de los pies. Así pues la conciencia nació en mi como un dolor digital. Un dolor digital de taca-taca.
A MI HERMANO ANICETO
gregueríaLa luz terca y cansina de las siestas de La Mancha. Todo está sumergido en el formol del pasado, viejas que debieron morir hace mucho tiempo, cosen y rumian sus rezos a las puertas de las casas. La luz familiar de estas calles es la que se prende a los ojos y a la sangre, al polvo dinástico de las cosas. La luz amniótica que pasa como un río silencioso, hermanando orillas, lamiendo la piedra de las tapias, las ventanas enclavadas. La luz detenida de las cinco de la tarde, detenida en los relojes, en los olivos, en esos cerros comidos de intemperie, en el luto totémico y lustral de los arcángeles, en el bronce tullido de las torres pregoneras. Y cómo no pensar en la muerte bajo este sol tan familiar, tan aburrido, tan obstinadamente infancia. Esta luz ni tan siquiera encuentra una puerta abierta, una sombra en la que refugiarse, una casa en la que arder reconocida. Bajo este sol, vienes a enterrar al padre del amigo.
¿cómo es un recuerdo manchado de olvido
greguería¿cómo es un recuerdo manchado de olvido?
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