Ya tengo un nuevo presente que regalarte junto al semen, pienso. Como un fantasma serviré la espesa sopa a mi yegua. Impregnaré su cabello como nadie y podré escribir sobre su vientre lo que, errante, un día envié al desagüe.
Etiqueta: cabello
Los ombligos plebeyos
Recorro los ombligos plebeyos hasta que llegue el frío enero del deseo y en la gloria de tus senos enredo mis cabellos de diosa alicaída. Yo soy la madre que su pezón desnuda como palmera joven del desierto, la senoidal campana que en silencio, mientras contempla la fábrica de semen de la gente mundana, adora el fálico árbol-rey de la entrepierna.
Temístocles
Juego en el camino
de un árbol sombrío,
con resaca de orgías,
suelto el cabello.
Me quedo sola,
si me adormece.
No mires…
No mires
este cardenal,
ni las heridas
de mi corazón.
No mires
las arrugas que han comenzado a tallarse
alrededor de mis ojos,
ni los cabellos blancos
que crecen en mi cabeza.
Mira tan sólo
a mi alma…
Mi alma
que es la hierba de un nuevo marzo.
MARAM AL-MASRI – CEREZA ROJA SOBRE LOSAS BLANCAS
Heinrich Zimmer
El bosque se interna en él a través de sus cabellos -he de aclarar que no siempre es el portador del caduceo pero la seguridad de su porte le da un color especial y, aquel miedo ancestral al despedazamiento que todos llevamos dentro, es conjurado por un disfraz mucho más aterrador aún.
Atravesamos la isla con el mandala pero no hallamos rastro de la máscara maldita. El Océano nos rodea como el aire a un pájaro indefenso, como una serpiente constrictor a su presa.
Y es de nuevo el tridente de Neptuno el que se clava en la túnica. Y Zimmer se desmaya.
He de reconocer que estoy realmente perdida. Mi impaciencia sólo favorece al culpable.
PANDEMONIA
Desnuda como el viento
recorro tu cuerpo
dejando mi brisa
en el desierto de tu piel
y en la duna de tus cabellos
formo un remolino
para volver de nuevo…
ahora como viento de Levante…
Adán
La falsa idea de que Adán fue expulsado del paraíso ha provocado un desconocimiento de la verdad que me veo obligado a desmentir. Siempre se ha escrito que, una vez probado el fruto del árbol, Dios le castigó a salir para siempre del paraíso. No fue así en absoluto. Adán fue condenado a vagar por la tierra al perder su inocencia primordial. Siempre es así: cualquier nuevo conocimiento nos expulsa de algún paraíso. Sólo que Adán no murió por ello y vive aún acosado por su atrevimiento. Difícil es verlo por ahí, desde luego, pues sus cabellos han crecido a lo largo de los siglos y ya no puede arrastrarlos por el lodo, sin embargo, es posible encontrarlo junto a Lilith, aquella terrible madre que le ofreció la manzana y que también derrama su vientre por el fango como la serpiente que les obsequió con la sabiduría prohibida. ¡Lástima que no la hayamos heredado los descendientes de Caín!
No hay acuerdo la luna platea mis cabellos…
No hay acuerdo, la luna platea mis cabellos por la noche y el sol los dora por el día.
No hay acuerdo, la luna platea mis cabellos por la noche y el sol los dora por el día
VIVA
No hay acuerdo, la luna platea mis cabellos por la noche y el sol los dora por el día.
Colores de los cabellos
With quill white-collared through his life will jog
The Taj Mahal has trinkets spice and gum
When dried the terrapin can naught express
The thumb- and finger-prints of Al Capone
When flame a form to wrath ancestral gave
The Turks said just take anything you please