La relaciones entre España y Francia atraviesan un inmejorable momento. Se puede decir que estamos bailando el Valls, ha declarado el ministro de exteriores francés, tras concluir la ronda de negociaciones en las que el país galo se queda con nuestros desechos nucleares a cambio de los desechos políticos que han enviado esta misma mañana a la península ibérica, en concreto a Barcelona.
El primer cargamento ha pisado fuerte las mierdas de la ciudad condal ante el asombro e incredulidad de muchos. Hubiéramos preferido los desechos nucleares, han declarado los barceloneses. Sin embargo una parte de ciudadanos se han mostrado partidarios entusiastas de la idea.