Oigo las voces del desierto, de amigos que no he vuelto a ver. Voy caminando hacia las costas de las perlas. Se que están cerca ya. Un poco más. Un poco. El nombre que ahora digo, que me viene a la cabeza, y no se por qué es Mario Morgan. Repaso el buzón del tiempo y no consigo saber quién es. Si todo fuera fácil y todos los ombligos redondos, lo recordaría. Lo recordaría. Se oye el rumor. Un rumor de olas lejanas. ¿Es la costa ya? ¿Seré capaz de llegar?