Otro día perdí mis pensamientos
en un espera-haber-que-pasa,
cárcel más impenetrable que la nada:
solipsismo raquítico,
punto de Eugene,
sílico papirocodio,
deuterosolfa verde,
ser púllido y ronco,
lacería de patrañas,
fofosolio distélico,
rizo ganimeano,
y, en fin, todo lo inútil y existente jamás.